Pinzas para la tarde que debiera colgarse como ropas en el tendedero
Sólo el viento podía separarnos.
El cielo es como la mar.
Azotear un poco la quietud.
La única salida se ha vuelto tan estrecha que sólo pasarás por pequeños pedacitos.
_
Para M*, aunque se merezca algo mejor
Mi corazón es un cardumen.
Cada ventrículo, cada arteria
levanta un golpe de sangre
que avanza resguardándose
hacian una sola dirección
por cuidarse de la muerte,
por no ser devorado.
Mi corazón asiste
a su propio acto de supervivencia
y de pronto, ahí en la corriente,
cubierto de frío y blando como un pescado,
descubre que todo ha sido
un infortunio:
El cardumen
se asoma a la gran trampa
a merced de aquellas redes lanzadas
por pesqueros gigantes;
o peor aún:
a merced de tus pequeñas manos.
Dios dijo:Y yo os dire, hermano,
Ama a tu prójimo como a ti mismo.
En mi país
el que ama a su prójimo
se juega la vida.